La diversidad cultural presente en las sociedades actuales constituye una consecuencia inevitable de la globalización, pero puede generar al mismo tiempo numerosos conflictos de carácter político, social y jurídico. Los asesinatos por causa de honor, la infibulación del clítoris o la escarificación, son algunos de los comportamientos aceptados o incluso impuestos por la cultura de ciertas minorías culturales que pueden ser considerados delito por el ordenamiento jurídico de los países occidentales en los que estas se alojan. Asume así gran importancia el estudio de las distintas tendencias en la jurisprudencia y en la doctrina penales de dichos países frente al surgimiento de los llamados delitos culturalmente motivados.
La presente obra aborda esta temática desde una perspectiva sociológica y de Derecho comparado, partiendo de una rigurosa definición de cultura -entendida en su acepción étnica- para llegar a una noción precisa de delito culturalmente motivado y analizando los principales modelos desde los que el Derecho penal afronta los conflictos culturales. En particular, en la búsqueda de opciones plausibles en la aplicación en estos casos de circunstancias eximentes y atenuantes, la autora da una gran relevancia al papel del juez y a la función de la prueba del hecho culturalmente motivado. Finalmente, analiza las posibles soluciones basadas en el actual Derecho positivo italiano y concluye con una propuesta para el futuro legislador.
ÍNDICE (Resumen): Culturas y derecho penal: las premisas metodológicas. Delitos culturalmente motivados y sistema penal italiano: un modelo asimilacionista discriminatorio. Cultural offenses y jurisprudencia estadounidense: un modelo multicultural débil. Delitos culturalmente motivados y cultural defense: un modelo multicultural fuerte. ¿Hacia una composición del conflicto? El papel del juez. Los efectos sobre el sistema penal. Al futuro legislador.