El presente libro constituye una recopilación de artículos de Joseph Raz referentes a la estrecha relación entre razonamiento moral y jurídico y su vinculación con la teoría del derecho y la filosofía práctica en general. En la primera parte -metodológica- se reúnen artículos que analizan la posibilidad de hacer teoría del derecho y la contraposición entre dos grandes concepciones sobre la teoría del derecho, aquella que sigue las líneas de Herbert Hart y la que ha sido propuesta por Ronald Dworkin. La segunda parte explora la relación entre el derecho, el concepto de autoridad legítima y la moral. Se retoman cuestiones clásicas tratadas por Raz sobre la autoridad como servicio, la incorporación de estándares morales en el derecho y la especial relación entre el razonamiento con reglas y el derecho. La tercera parte se ocupa del problema de la interpretación y en qué sentido esta interpretación puede ser conservadora o innovadora, y la especial vinculación entre intención de la autoridad e interpretación. Por último, se exploran diferentes cuestiones atinentes a la relación entre interpretación de las constituciones y la noción de autoridad. A modo de apéndice se incluyen consideraciones sobre la autonomía del derecho frente a otras consideraciones y el valor de las razones prácticas de carácter público.
Joseph Raz estudió derecho en la Universidad Hebrea de Jerusalén y, después de obtener el título de magister, se trasladó a la Universidad de Oxford a instancias de Herbert Hart. Allí obtuvo su título de doctor. Desde 1985 a 2006 se desempeñó como Profesor de Filosofía del Derecho en esa Universidad, y luego como Profesor Investigador desde 2006 a 2009. Desde 2002 fue también profesor en la Escuela de Derecho de la Universidad de Columbia. Su obra ha tenido un impacto notable en la filosofía del derecho contemporánea, en la que aparece como uno de los principales representantes de la tradición iuspositivista. Sus escritos de filosofía política son también una contribución indispensable para cualquiera interesado en el liberalismo y sus relaciones con el perfeccionismo. Lo mismo sucede con su visión de la filosofía moral, conocida por la defensa de un pluralismo de valores que no son conmensurables y, más generalmente, con su postura sobre el razonamiento práctico y la existencia de razones para la acción, de inspiración antikantiana.