Un rasgo dominante de la discusión en la filosofía moral contemporánea es la variedad de argumentos disponibles y el hecho de que, aparentemente, no hay a la vista un acuerdo sobre cuestiones morales fundamentales. En El problema moral, Michael Smith presenta un diagnóstico de ese problema. Según el autor, la discusión tiene esos rasgos porque no ha lidiado adecuadamente con la tensión aparente entre tres características centrales de nuestros juicios morales. Se trata de la tensión entre la objetividad de esos juicios (el hecho de que nuestro juicio acerca de una acción moralmente incorrecta parece expresar nuestra creencia en la incorrección moral de la acción), su carácter práctico (si realmente pensamos que la acción es incorrecta, es plausible suponer que ello se manifestará de algún modo en la manera en que actuamos) y un modo estándar de concebir la acción humana (según el cual lo que nos lleva a actuar es nuestro deseo de llevar a cabo la acción pertinente y no nuestra creencia acerca de algún rasgo de dicha acción). El libro enfrenta esa tensión de modo claro y frontal, y ofrece también un argumento sostenido a favor de una solución. Se trata de un libro central para entender el debate actual en filosofía moral, y que desde su publicación ha generado una notable discusión.